jueves, 11 de marzo de 2010

La importancia de un vocero bien preparado

Hace apenas algunos minutos acabo de ser testigo (nuevamente) de un ejemplo de cuándo un vocero no debe intervenir en los medios de comunicación.
Se trataba de la presentación en sociedad de un "innovador" sistema biométrico implementado por la Reniec que ha puesto a disposición del área de emergencia del hospital Loayza para identificar a aquellos pacientes que llegan en estado de inconsciencia o que no son capaces de brindar sus datos generales.
En principio, el señor que fungía de vocero para dar a conocer la noticia, malgastó valiosos segundos al aire en saludar -con típico estilo burocrático y franelero- a los conductores del programa, al equipo periodístico y de producción del mismo y hasta algunas personas del hospital que nadie conoce y que a nadie le interesa conocer. Es decir, casi lo que dura un spot de televisión o radio para no decir nada valioso.
Si a eso le sumamos las pocas virtudes de comunicación del vocero y la escasa articulación de ideas y mensajes clave, podemos decir que el enlace microondas no fue aprovechado en su totalidad.
Y es que de eso se trata. Ser vocero de una marca, una compañía o una institución pública es una responsabilidad que va más allá del entusiasmo que pueda generar aparecer en una pantalla y el efecto que lo secunda, léase condescendientes palmaditas en el hombro por parte de los superiores, aprobación y felicitación gratuita de las amistades y así por el estilo.

Ser vocero significa, entre otras cosas:

1. Investigar y dominar toda la información a difundir...y más.
2. Estar preparado para todo tipo de preguntas, inclusive aquellas que incomodan.
3. Analizar al medio, su línea editorial y el estilo del periodista con quien tendrá interacción.
4. Definir claramente tres mensajes concretos que le permitan dejar en claro su posición o noticia a difundir.
5. Tener ciertas habilidades como: ordenar y priorizar de ideas, vocalización y entonación, potencia vocal, seguridad y una pizca de histrionismo.

Pero sobre todo: Entrenar, entrenar...¡ah! y entrenar.

Si usted quiere ser vocero pero aun no se siente capacitado. No se preocupe, su asesor de prensa debería darle orientación y capacitarlo. Esa también es una de sus obligaciones.

Aquí, parte del video en cuestión.